jueves, 24 de noviembre de 2011

CUYUNTURA DE LA SEDICIÓN


Abigail Rodríguez Contreras
CUYUNTURA DE LA SEDICIÓN
Un estudio sobre el movimiento infrarrealista, abordado desde la perspectiva histórica.

No a las respetables putas de la belleza 
No a los distinguidos perros de la poesía 


Héctor Hernández Montecinos


Hablar de literatura mexicana, es desplegar un cosmos de constelaciones que se rigen, generalmente, bajo un aparato tentacular que abreva, alimenta, produce y reproduce (sobre todo), los discursos y los altares que han de alabar los nuevos escritores, es decir, glorificando su pasado. Hijos de las generaciones en donde estos nacen,  los escritores muchas veces deben ajustarse al discurso de su época, para así, entrar en las academias, seguir el curso y  la aprobación de sus maestros; pero sobre todo de quienes los rodean, de su misma generación que legitima, lo que escriben.
Sin embargo, hay siempre sediciones en la historia de la literatura, partículas que se agotan de pertenecer al nicho donde todos, agazapados y luchando por destacar, se separan, van alejándose hartos de la rutina, a romperla y generar, con todo el deseo de resquebrajar el mundo en el que viven, otras maneras de vivir, en este caso, de escribir y pensar al mundo.
El infrarrealismo, fue un movimiento surgido a mediados de los años setentas, en México. Es un claro ejemplo de la sedición y de la manera como, desde la literatura, las pequeñas revoluciones van modificando, de a poco, las visiones unívocas y hegemonizantes de la academia. El infrarealismo nace de la oposición abierta por los integrantes del taller de Juan Bañuelos (una de las glorias nacionales de la poesía mexicana) impartido en la UANM a un grupo de jóvenes aspirantes a poetas, al hacerle firmar un documento redactado en primera persona, donde se auto-acusaba de “menopausia galopante” entre otras acusaciones que le impedían, continuar con el taller. El gran poeta no comprendía a los jóvenes y ellos lo destituyeron, igual a los procesos de modificación generacional que mediante las mentalidades, es necesario, casi por un proceso cíclico y vital, desplazar a los héroes mediante la denuncia de la caducidad, que ya no estira, que ya no alcanza a cubrir con su discurso, el mundo para el cual su poética representa un mundo caótico, lleno de decepción y representante del derrumbe de la poesía mexicana academicista.
De esta manera, se conforma por un extenso grupo de jóvenes, quienes hartos del discurso canónico de la academia mexicana, lidereados por Paz y sus extensos poemas endecasílabos, académicos, comenzaban a arrancar desde perspectivas marginales, nuevas formas de representar al mundo, pero sobre todo de representarse a sí mismos.
Dos de los líderes del movimiento infrarrealista; Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro, son ahora reconocidos, después de muertos por su poder escritural, a pesar que la misma académia, como explicaré posteriormente, los rechazó de manera absoluta y tajante con la conocida frase de: “Bolaño que se vaya a Santiago y Santiago, también”. Esto con respecto al odio generado por ambos jóvenes al retar a las autoridades mexicanas de la literatura, con su nuevo discurso y su nueva manera de vivir la poesía.
Roberto Bolaño, un adolescente migrante chileno, residido en México desde 1968, conoció a varios chicos en el taller de poesía dirigido por Bañuelos . Ese año clave que es la punta del iceberg de la efervescencia política, sobre todo del movimiento estudiantil mexicano, podría pensarse que lo harán volver a Chile, con una conciencia política, sino desarrollada al menos sí bastante ejercitada por un proceso de “contagio”, a apoyar las reformas socialistas de Salvador Allende, en 1973, justo en el año del golpe de estado del once de septiembre de Augusto Pinochet, Bolaño se ve sumergido en la dictadura y regresa a México.
Roberto Bolaño escribe entonces, hacia 1976, el primer manifiesto infrarealista, del cual tomaré algunos pasajes a fin de analizarlos y contextualizarlos con su entorno y la manera en la cual, este texto generó un gran revuelo para la academia y todos aquellos quienes posteriormente, los rechazarían precisamente por atentar a las “buenas costumbres de la literatura mexicana” lo que generará aún más odio y más repudio al grupo, quienes, como soles negros se iban comiendo la luz, no se veían, pero inevitablemente atraían la luz, tal como lo dice Ramón Méndez Estrada. (Estrada, 2004)













PRIMER MANIFIESTO INFRARREALISTA.
Roberto Bolaño, escribe entonces, el primer manifiesto infrarrealista, en 1976 y después de organizado el movimiento de jóvenes, quienes no únicamente eran poetas sino; artistas en general, asumen en el escrito un designio que habrá de regir durante, es cierto, un lapso de vida corto; el quehacer de sus manifestaciones artísticas.
 Este manifiesto genera varias lecturas que pueden interpretarse de manera polisémica, dado el carácter mismo de la poesía, sin embargo aquí las abordaré, desde la perspectiva de la cuyuntura en cuanto a las generaciones como gérmenes de cambio radical, ante lo establecido.
-Los infrarrealistas proponen al mundo el indigenismo: un indio loco y tímido. -Un nuevo lirismo, que en América Latina comienza a crecer, a sustentarse en modos que no dejan de maravillarnos. La entrada en materia es ya la entrada en aventura: el poema como un viaje y el poeta como un héroe develador de héroes. La ternura como un ejercicio de velocidad. Respiración y calor. La experiencia disparada, estructuras que se van devorando a sí mismas, contradicciones locas.  (Bolaño, 1976)

Los poemas infrarrealistas, se develan siempre bajo un discurso que se alimenta de las tradiciones latinoamericanas orales, chamánicas,  e intentan conectar a latinoamérica por un proceso más mental que geográfico. El poder que un joven, (auto)marginado de los círculos de poder, tiene al identificarse con los indios marginados, con el lenguaje herido y la otra palabra, cobran sentido en cuanto a sus afinidades como portadores de lo negado, del las alteridades. Además que, el rescate directo o  indirecto que hacen sobre Latinoamérica está siempre presente.
 Mario adopta su nombre de una población duranguense “SANTIAGO PAPASQUIARO”, donde nació uno de sus ídolos: José Revueltas (Escritor fuertemente ligado a la contracultura mexicana, a quien le hace homenaje cambiando su nombre) El nombre verdadero de Papasquiaro: José Alfredo Zendejas. En este mismo orden de ideas, otro ejemplo clave que podemos ver en el mismo autor, es el famoso poema del autor, que abre con un epígrafe de una canción huichola: Porque todos somos/ porque todos somos los hijos de/ una brillante y colorida flor/ una flor radiante/ y no hay nadie/ no hay nadie que lamente lo que somos (Papasquiaro, 1996)  Reiterando, como es evidente, el respaldo en la otredad.
Siguiendo con la lectura del manifiesto infrarrealista, podemos encontrarnos con otros motivos que preocupaban a los jóvenes del movimiento, que sumergidos en un contexto opresor, en mitad de una legión de muertos, de muertos con antiguas ilusiones, era imprescindible, no callar y sobre todo no rendirse a pesar de esto:
Nos anteceden las MIL VANGUARDIAS DESCUARTIZADAS EN LOS SESENTAS Las 99 flores abiertas como una cabeza abiertas  (Bolaño, 1976)

Sí bien es cierto, que la década de los setentas es difícil, dado que el movimiento estudiantil había sido oprimido, los sueños de miles de jóvenes y ciudadanos habían colapsado después de la matzanza en Tlatelolco y el halconazo del 71; las vanguardias literarias habían colapsado también debido a los sueños insatisfechos, ellos deciden, aún así, adoptar el ismo y asumir su quehacer como un grupo de vanguardia literaria que revolucionaría la forma de mirar la poesía mexicana, a pesar de sobrevivir en un mundo de:  matanzas y nuevos campos de concentración (Bolaño, 1976).
Son tiempos duros para la poesía, dicen algunos, tomando té, escuchando música en sus departamentos, hablando (escuchando) a los viejos maestros. Son tiempos duros para el hombre, decimos nosotros, volviendo a las barricadas después de una jornada llena de mierda y gases lacrimógenos, descubriendo / creando música hasta en los departamentos,  mirando largamente los cementerios-que-se-expanden, donde toman desesperadamente una taza de té o se emborrachan de pura rabia o inercia los viejos maestros (Bolaño, 1976)

Y precisamente de la negación de NO hablar y NO escuchar a los maestros, los infrarrealistas fueron construyendo un mundo paralelo en la poética, que retaba las formas canónicas de relacionarse con el medio y sobre todo, o al menos desde su juventud, partiendo de un aparato autogestivo de publicaciones hechas por sí mismos, dado que la academia había cerrado todas sus puertas para ellos, todas las lecturas, todos los foros, toda la posibilidad de desarrollarse en un mundo cooptado por la hegemonía cultural del medio y mejor dicho, la mafia de la literatura mexicana. Burlándose así de la posición burguesa, poco comprometida o comprometida únicamente en discurso con lo sucedido alrededor de sus realidades; tomando el té, es decir, escribiendo desde una posición muy cómoda, sin involucrar su vida con el mundo, sin comprometer su poesía con la vida.
Es claro entonces, que  el mayor reclamo de los infrarrealistas, era precisamente, vivir la poesía; realizar actos poéticos:
Nuestra ética es la Revolución, nuestra estética la Vida: una-sola-cosa.
Una de las novelas más populares ahora, entre los jóvenes y editada por la editorial ANAGRAMA, es “Los detectives Salvajes” de Roberto Bolaño, quien además de la poesía se dedicó a recorrer el mundo y experimentar con la narrativa. La novela, puede leerse desde la ficción o desde la autobiografía del grupo infrarrealista, sustituidos todos los nombres por paralelos que pueden interpretarse de la siguiente forma: El grupo poético INFRARREALISTA, por el REALVISCERALISTA. Al poeta Mario Santiago por Ulises Lima; al mismo Bolaño por Arturo Belano. El grupo realvisceralista como sedicioso ante un poeta glorificado en exceso por las letras mexicanas, un “vejestorio” enseñando a los niños cómo escribir; a la manera en que él escribía, no permitiendo la capacidad de cambio en la forma y el fondo.  Ulises Lima como el líder de los poetas, dotado de una pluma y una actitud revolucionaria, impaciente, agitadora, que surtiría de luz a toda su generación de rebeldes, por último, el chileno Arturo Belano, quien recluído en México marcharía, también después tal y como transcurrió la vida de Bolaño, de regreso a Chile.
El grupo, con otros personajes más, quienes también atacados por el establishment intentaban vivir de manera vertiginosa, experimentando con la vida como si se escribiera con su cuerpo un gran poema, una manera nueva de involucrar su vida con su poesía, de una forma indisociable.
De esta manera, los actos experimentados los dotarían de materia prima para poder escribir y reinventar el mundo desde sus ojos:
La mejor pintura de América Latina es la que aún se hace a niveles inconscientes, el juego, la fiesta, el experimento que nos da una real visión de lo que somos y nos abre a lo que podemos será la mejor pintura de América Latina es la que pintamos con verdes y rojos y azules sobre nuestros rostros, para reconocernos en la creación incesante de la tribu.
La mejor literatura, la mejor poesía, es toda aquella entonces, que aún no se escribía, y que, puede considerarse, ellos mismos se hacían ver como el futuro de la literatura latinoamericana, tal como Bolaño es considerado ahora. Necesitaban vivir, jóvenes de menos de 20 años, confabulando contra el mundo, atacados por la academia, la prensa, inentendidos y muchas veces acusados sin darles la verdadera oportunidad de leer sus textos de manera objetiva, la posibilidad de experimentar nuevas formas, de abrirse la posibilidad de la pluralidad; una pluralidad inexistente, fue siempre un hecho que ha dominado la oficialidad mexicana, incluso en los terrenos culturales. O como recuerda Ramón Méndez: En el transcurso, hubo irrupciones infras en recitales de poesía oficial que nos valieron en los medios de comunicación críticas y calumnias. Entre todo, la negación constante: los poetas infrarrealistas no existimos para la oficialidad más que como una leyenda de revoltosos” (Estrada, 2004)
En poesía y en lo que sea, la entrada en materia tiene que ser ya la entrada en aventura. Crear las herramientas para la subversión cotidiana. (Bolaño, 1976)

La poesía como modo de vida, genera que las expectativas de vivencia se efectúen a través de un proceso donde no sólo la lectura es vital para la formación de un poeta en ciernes, sino las actividades que pueda generar en su vida cotidiana.
-Quemen sus porquerías y empiecen a amar hasta que lleguen a los poemas incalculables
Es decir, la capacidad que un poeta tiene para vivir situaciones de riesgo, enfrentarse al mundo cara a cara, compararlo con lo que lee, con lo que vive, distanciar su posición como un punto neutro y comprometerse, de manera directa con lo vivido, con el poema. Con el poema-vida y finalmente, Bolaño cierra con los siguientes versos:

                                   DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE
LÁNCENSE A LOS CAMINOS
REPERCUSIONES
Sí bien, los infrarrealistas fueron escondidos, negados y recluidos al exilio de la literatura nacional por muchos años, es cierto también que en los últimos años, el siglo XXI y sus lectores, jóvenes por cierto, les han hecho justicia rescatándolos del olvido.
David Meza, dice que los manifiestos tienen la capacidad revolucionaria de reinventar el mundo, que su potencia es incluso más poderosa que la de cien bombas atómicas estallando al mismo tiempo (Ramírez, 2011). Porque tienen la capacidad de retar a las generaciones anteriores, modificar y revolucionar el discurso que los antecede y sobre todo, abren una puerta para reinventar la poesía y el mundo. El mismo David, pertenece a una generación de escritores y poetas que desde el internet, una nueva arma que los poetas utilizan, genera nuevos espacios como revistas electrónicas que habrán de llamar a un nuevo orden de ideas, a una nueva posibilidad de acrecentar el acervo universal y llegar a otros espacios, de vivir de otra manera la poesía.
La posibilidad actual de generar espacios es mayor por las herramientas tecnológicas con las que se cuentan. Es un hecho que ahora es más fácil ser subversivo, o al menos lo es de manera aparente. La creación de redes contraculturales que ejercen fuerza sobre un aparato que sigue dominando los discursos, las mismas lecturas, las mismas interpretaciones discursivas y la forma en la cual se genera, hace y vive la poesía, están viendo ahora, cara a cara las nuevas manifestaciones que se logran en los medios electrónicos.
Sí bien es cierto que los espacios culturales les son negados más de una vez, es por el perjuicio de las edades y las generaciones a quienes no comprenden. Sin embargo, muchos de estos jóvenes de la nueva generación, quienes toman como ejemplo a los infrarrealistas, están obteniendo sus primeros premios estatales y nacionales, aceptando la academia que sus discursos y su poética son también válidos, y que sobre todo, el carácter con el que escriben es también riguroso y fomenta nuevos espacios de creación y vinculación con sus maestros negados, construyen ahora, una nueva académia.
Este riesgo corre también de manera que puede infectarlos, el hecho de que se institucionalice lo que en un principio creció como el ejemplo de la no-institucionalización está latente.
En el caso de los infrarrealistas, muchos emigraron del país hacia Europa o Sudamérica, se dispersaron y siguieron escribiendo desde otros contextos geográficos, adscribiéndose a casas editoriales variopintas, como por ejemplo Roberto Bolaño en España con Anagrama. Ahora que las casas editoriales cierran y los jóvenes están ganando premios, están de a poco haciendo directa o indirectamente relaciones con otros escritores y personajes de la académia, corren el riesgo de entrar en un régimen mafioso que controle sus publicaciones, que dejarán muchas veces de ser autogestivas, o bien; que desde la misma independencia se cree una red de poder al institucionalizarse la práctica.
Sea cual sea el modo de ver, la poesía es siempre más poderosa y su vigencia es lo que corrobora su riqueza, la capacidad que Mario Santiago Papasquiaro tuvo para incluir cantos hicholes a su poesía y adecuar su poética a la cadencia de los pueblos originarios del norte de México, hicieron realmente prevalecer y vivir hasta nuestros días al poeta. Ahora los poemas de la nueva generación son poemas más experimentales que juegan con lo gráfico, con las formas, el fondo. Finalmente ya no hay límites, el poeta ahora, tiene la capacidad de crear y de construir sus propios espacios sin medios sin el temor de la exclusión. Y esto sólo puede deberse a la herencia infrarrealista que ha dejado un legado clave en México, sobre la manera en la cual los poetas pueden salir de la mafia y demostrar su igualdad ante los poetas adscritos a los sistemas burocráticos de la cultura en nuestro país.
(Busquen, no solamente en los museos hay mierda)
(Un proceso de museificación individual)
(Certeza de que todo está nombrado, develado)
(Miedo a descubrir)
( Miedo a los desequilibrios no previstos)
Primer Manifiesto Infrarrealista

CONCLUSIÓN
            Allá corre Papasquiero con una manzana de mármol
recién robada a Octavo, un árbol que ha crecido tan alto, tan alto.
David Meza
La literatura mexicana hoy,  está igual que hace cincuenta años, controlada por un grupo de hombres y mujeres que desde el poder, eligen lo que está bien y lo que está mal, lo que se adscribe a las normas y lo que es aceptado porque en la mayoría de las ocasiones, lo que es aprobado es el escritor y no lo que escribe. De esta manera, la reproducción de discursos reciclados, genera una especie de inmovilidad, una estancamiento en la poesía y un continuo, volver a caminar por las mismas líneas, sin ningún tipo de innovación.
Lo cierto es que los escritores que se opusieron, manifestaron y denunciaron esta mafia en la literatura, son hoy los impulsores de los escritores jóvenes que se enfrentan al cierre de casas editoriales y que tienen, por necesidad que innovar formas de publicación y reconocimiento, que poco a poco van expulsando a la académia de este juego cultural.
Sí bien los infrarrealistas, no impactaron de manera directa en su contexto histórico, en el momento en que sus denuncias fueron hechas, es cierto que sí lo harán décadas después con los nuevos jóvenes poetas quienes los tomarán como ejemplo, como padres que abrieron la puerta de nuevas vías de construcción de la poesía, de construcción de la publicación, de nuevos medios y espacios que facilitaron de cierta forma, su inclusión en una red alternativa de lectores y escritores, que están dispuestos de una u otra manera a seguir sus pasos, tales como los hijos del establishment lo hacen ahora, con el peligro claro, de la formación de nuevas mafias.
Las revoluciones y las cuyunturas forman, siempre nuevas maneras de concebir y abordar problemas y es que quizá los infrarrealistas no mataron ni terminaron con la académia, pero sí le dieron la capacidad a la literatura mexicana, de escribir y considerar a la literatura mexicana de otra manera, desde otro espacio. Los viejos revolucionarios como nuevos héroes.

Bibliografía

Bolaño, R. (1976). Primer Manifiesto Infrarrealista. México, DF.
Boñaño, R. (1998) Los detectives Salvajes. Barcelona, Anagrama.
Estrada, R. M. (9 de marzo de 2004). Como veo doy, una mirada interna del movimiento Infrarrealista. la Jornada .
Papasquiaro, M. S. (1996). En el Zaguán de las nubes. En M. S. Papasquiaro, Aullido de Cisne (págs. 59-60). México DF: Al Este del paraíso.
Ramírez, D. M. (2011). Los Manifiestos. Molino de Cuento, revista digital. , 30-35.

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